Luego de quinientos años en el paraíso (restaurado en la tierra), tome la mano de mi esposa y eché a correr colina abajo entre las pequeñas flores amarillas; "amor donde me llevas, amor amor espera... a donde vamos". Pregunto mi ternura con una larga risa incontenible. -Mi preciosa! no te preocupes solo corre! corre! que vamos a llegar tarde. "a dondeee! ay! ay amor me golpeé los dedos, a donde vamos a llegar tarde?". Mi vida no te detengas, ven te cargo. Es que Noé va contar otra ves la historia del arca y va repartir café con pan.
Edwin B. Quintero
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Arca de Noé Fuente: http://emprendedoresnews.com |
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